Una desgracia más dentro de un organismo policial venezolano era necesario para que todo saliera a la luz, las denuncias se hicieran presentes y el gobierno decretara hoy una Medida de Asistencia Técnica al CICPC. Medida que se encargará de monitorear el tratamiento que se le da a los detenidos y procesados para evitar que se siga repitiendo la frecuente historia de abuso de poder mediante la comisión para la Reforma Policial según indicó el ministro de Relaciones de Interior y Justicia, Tareck El Aissami
La aplicación de tal medida pretende disminuir la violación del estado de derecho de los procesados como sucedió recientemente en el incidente que despertó la alarma gubernamnental, pero realmente el problema va más allá de una medida, el problema se traduce en una cuestión de examen de conciencia, el sentarse y preguntarse por que se habrá esto vuelto tan frecuente y buscar que es lo que se está haciendo mal, no es solo obligarlos a portarse bien, a no maltratar es una cuestión de contar con gente justa que no violente tus derechos desde el momento que te ponen las esposas.
Debe existir un compromiso real de hacer bien el trabajo, más aun, un trabajo como este, donde se ve comprometida la integridad de una persona que si bien es un delincuente no deja de ser un ser humano y constitucionalmente es igual a los demás. Lo cierto es que no deberían pasar este tipo de situaciones para que se intente organizar un cuerpo policial que se supone es de entera confianza del estado.
Ahora lo que viene es colocar en el banquillo a todo funcionario que se extralimite aunque luego salgan las esposas diciendo que el comisario es inocente, no se debe dar tregua porque de alguna manera se debe construir el cuerpo policial de confianza que todos anhelan. Por las buenas o por las malas.

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